Por otra parte, Luna y Millán precisaron que 59 por ciento de las empresas ven el riesgo de liquidez como la principal amenaza en curso debido a la desaceleración del consumo, que origina disminución de ingresos en las compañías y el deterioro de sus activos financieros.
Luna explicó que la falta de liquidez y de ingresos ocasiona un efecto en cadena que afecta al flujo de efectivo y al capital de trabajo y dificulta el cumplimiento de compromisos de pago asociados a obligaciones regulatorias y de
financiamiento, como pago de contribuciones y de créditos bancarios. Por ello, el representante de KPMG consideró
importante que las empresas hagan lo necesario para mantenerse alertas frente a los riesgos actuales y emergentes que están enfrentando, puesto que eso les permitirá tomar las acciones oportunas y necesarias para mitigarlos,
así como planear la recuperación del negocio a corto y mediano plazo.
Luna agregó que el hecho de que se estime que se perderán hasta 40 por ciento de los ingresos anuales evidencia la necesidad de efectuar análisis y planificación de escenarios financieros considerando una recuperación rápida,
una desaceleración económica global o una recesión. Eso le otorgará visibilidad a la dirección para adecuar la toma de decisiones a momentos como el actual, en que lo único constante es el cambio.
Por su parte, Millán resaltó que el camino hacia la nueva normalidad dependerá de la evolución de la pandemia, así
como del comportamiento macroeconómico global y del país, ante lo cual hay que sumar las acciones personales para contribuir a una pronta recuperación.
Dentro del ámbito de la industria aseguradora, Millán observa al menos cuatro curvas de recuperación: replanteamiento sustancial, transformación para resurgir, ajuste del modelo de negocio y escalamiento. Según estos modelos de reanudación y restablecimiento, los resultados de cada empresa dependerán del comportamiento y de la eficacia en la ejecución de acciones enfocadas en la cercanía con el cliente, la flexibilidad del modelo de negocio, la productividad del trabajo a distancia, la retención del talento y la innovación en la adaptación a las cambiantes condiciones de la demanda. Entre los hallazgos del sondeo, los voceros de KPMG destacaron que del 28 por ciento de las empresas que considera que tardará más de un año en recuperarse financieramente más de 50 por ciento estima que en promedio 3 por ciento de su cartera de clientes se perderá; y alrededor de 4 por ciento de ellas caerá en cartera vencida.
Ante este escenario, KPMG reportó que la alta dirección de las empresas considera que para ganar resiliencia habrá
que hacer hincapié en construir relaciones con los clientes, buscar la permanencia del negocio, mantener la productividad del talento en el trabajo a distancia, retener al capital humano y enfocarse en la innovación. Éstas son
las cinco principales estrategias de permanencia para la continuidad del negocio.
Según los datos arrojados por la encuesta, 80 por ciento de las empresas cuenta con un plan de continuidad de negocio; mientras que 20 por ciento carece de un procedimiento semejante. Para explicar esta omisión, en 61 por ciento de los casos se argumentó que no se puede costear; en 31 por ciento de ellos se dijo que no se considera una prioridad; y 8 por ciento adujo otros motivos para no tenerlo.
Por otra parte, en lo que respecta a las estrategias que han desplegado las empresas para garantizar la conservación del talento y de esa manera asegurar la continuidad de las operaciones apegándose estrictamente a la Ley Federal de Trabajo, tenemos los datos siguientes: 42 por ciento de las organizaciones implementará turnos de
trabajo diferenciados; 34 por ciento sugerirá vacaciones y permisos sin goce de sueldo; 26 por ciento buscará otras
medidas; 20 por ciento recurrirá a la reducción salarial; y 18 por ciento utilizará el recurso de los despidos.
Desde la perspectiva del uso de la tecnología, el sondeo de referencia indica que las tres principales herramientas tecnológicas que se han utilizado o se van a implementar para continuar con la productividad y mejorarla y asegurar la operación de las organizaciones son: el análisis de datos (71 por ciento de las empresas consultadas);
uso de la nube híbrida (31 por ciento); y aprovechamiento de la inteligencia artificial (20 por ciento).
Los efectos de la pandemia crearán oportunidades y retos sin precedentes para las empresas. El cambio en los mercados exige la evolución y creación de nuevos modelos de negocio. La aceleración de la era digital habilita asimismo modelos de negocio innovadores y disruptivos que podrán aumentar la generación de valor en las industrias ante la coyuntura generada por la COVID-19, subrayó Millán.
Finalmente, al contestar a la pregunta sobre si las empresas intensificaron el trabajo a distancia como medida
para continuar con algunas operaciones y cuidar al talento para que no se contagiara de COVID-19, Millán respondió que 67 por ciento de las empresas sí lo hizo, y que además contaba con infraestructura de TI, controles internos y de ciberseguridad; 31 por ciento lo hizo, pero aún continúa estableciendo controles internos y de ciberseguridad; y 3 por ciento no llevó a cabo esta experiencia.
Fuente: El Asegurador