La conexión entre caninos y humanos comenzó cuando éstos eran cazadores-recolectores En las ventajas que los perros representan influyen sus características de inteligencia y desarrollados sentidos de olfato, gusto y oído.
Muchas han sido las teorías acerca del origen de la domesticación de los perros.
Una investigación internacional, encabezada por científicos de la Universidad de Oxford (Reino Unido) ha situado en dos lugares, de forma paralela, el inicio de la relación entre el ser humano y el perro. La vinculación entre perros y humanos comenzó a la vez en el este y oeste de Eurasia, a partir de dos poblaciones separadas de lobos en Europa, hace más de 15,000 años, y en Asia oriental, hace más de 12,500 años.
De acuerdo con la prestigiosa revista Science, el vínculo entre los perros y los humanos se inició cuando los de nuestra especie aún eran cazadores-recolectores.
Siendo los perros los que promovieron esa relación, comenzaron a domesticarse a sí mismos, por así decirlo, a cambio de una alimentación mejor a la que podían conseguir por sus propios medios. Con el correr de los siglos, los humanos comenzaron a prepararlos para ser cazadores, pastores o guardianes, y en algunos casos para transportar carga.
Así fue como comenzó una relación entrañable que ha perdurado y se ha acrecentado hasta la actualidad, cuando ya se los considera como parte de la familia, pues comparten el ambiente doméstico y social. La influencia positiva de las mascotas caninas en la salud y bienestar de los seres humanos es bien reconocida y comprende los aspectos psicológico, fisiológico, terapéutico y psicosocial.
La compañía que brindan las mascotas se ha reconocido como un factor protector contra enfermedades cardiovasculares y como reductor del estrés en sus propietarios; los perros son un soporte psicológico, reducen la sensación de soledad y permiten la interacción de sus dueños con el medio social que los circunda.
Se ha descubierto que los perros, por sus características de inteligencia y sus desarrollados sentidos de olfato, gusto y oído, son una ayuda excelente en asistencia y terapia médica, como facilitadores en la terapia asistida motivacional y física de numerosas enfermedades; a saber, diabetes, epilepsia, autismo y alzheimer, y como guías para personas invidentes o en casos de restricciones de movilidad.
La asociación civil Defensoría Animal estima que en México cerca de 500,000 perros y gatos son abandonados al año. Una parte de ellos se adquiere como regalos o simple moda, pero desgraciadamente a los pocos meses los dueños pierden el interés por ellos.
No existe un censo sobre mascotas o animales domésticos. Sin embargo, la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies (Ammvepe) estima que hay alrededor de 28 millones, de los cuales 70 por ciento se encuentra en la calle, cifra que crece 20 por ciento anualmente.
Por lo delicado de la situación, en agosto de 2016 el Congreso mexicano exhortó a los gobiernos estatales a realizar campañas de esterilización canina y de adopción de perros en situación de calle.
Lo cierto es que, al adquirir o rescatar un perro, se debe asumir la responsabilidad de entrenarlo y cuidarlo para que pueda llevar una vida armónica en el entorno familiar y social. Es fácil encontrar centros de entrenamiento en prácticamente todas las ciudades si uno no tiene el tiempo de hacerlo.
Cada vez hay más conciencia sobre el cuidado y reproducción de estos animales; de hecho, ya hay países con estrictas leyes que prohíben el maltrato y el abandono, como Reino Unido, que fue uno de los primeros en legislar. En Alemania hay condenas hasta de tres años de cárcel por maltrato; en Francia se multa por daño involuntario; en Italia, el respeto a los animales se recoge en la Constitución; Australia amplía el concepto de violencia doméstica para abarcar a perros y gatos; en Egipto, cárcel sí, multas no. Éstos son algunos de los países que han tomado medidas serias al respecto.
Hoy la mayoría de los estados de la república mexicana cuenta con una Ley de Protección Animal, con diferentes nombres según el estado, aunque todas protegen la vida de los animales, sean éstos domésticos o silvestres.
En el artículo 420 del Código Penal Federal se establece pena de uno a nueve años de prisión y un monto que va de 300 a 3000 días de salario como multa a quien dañe algún ejemplar de flora o fauna silvestre, terrestre o acuática en veda, considerada endémica, amenazada, en peligro de extinción, sujeta a protección especial o regulada por algún tratado internacional del que México forme parte.
Un factor importante de la inclusión en los códigos penales de los delitos de abuso animal es el hecho de que, al castigarse estos actos cometidos en contra de los animales, se mejora la calidad de vida tanto de éstos como de la sociedad, porque al detener a las personas que son violentas con los animales se evita que escalen su peligrosa conducta contra los seres humanos.
En suma, las leyes de protección animal son consideradas por muchos como indicadores fiables de la calidad civil y de la moral colectiva de un país.
Fuente: El Asegurador.